domingo, 7 de septiembre de 2008

EQUINOCCIO XXV


¨ Solo tu podrás visualizar la esencia de mi alma y mi corazón harás dichoso cuando tus ojos atrapen mi mirada ¨ así se presenta Equinoccio XXV (2008) el reciente poemario de Darío Leiva, este agente de la policía de córdoba. En su último trabajo nos obsequia 41 obras, donde la mujer, Dios y el amor, ocupan un lugar trascendental en su alma. Los poemas se exhiben delineados por delicadas y fuertes metáforas, imágenes de alto contenido erótico, y una conexión entre lo físico-carnal y lo espiritual que llevan a exponer frases bíblicas que acompañan cada una de las páginas de este libro. En esta nueva búsqueda el poeta ha contado con la participación de Reneé Andrada (poeta de La Rioja) quién ha realizado el prólogo de la obra. Álida Jorja Allocco (poeta de Las Varillas - Córdoba) en el epílogo y la inspiración del artista plástico Elio Acosta (Córdoba) para las ilustraciones de tapa e interior.
Se destaca que algunos de estos trabajos resultaron premiados en distintos concursos literarios de nivel nacional.

Poemas de EQUINOCCIO XXV

SÉPTIMO

¨Yo me acuesto y me duermo,
y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene¨
Salmo 4.6
Me perdí en tu territorio
en la comisura de tus signos
en la magia de tus códigos no escritos.

Me llevas por la cornisa de tu sueño
experimento la metamorfosis
te apoderas de mis víceras
tienes la voz azul oscura casi negra
hueles a silencio con música de arena.

Me haces conocer el colmillo de la luna
me muestras el rectángulo del sol
juegas con imágenes a piedra papel y tijera
y al sumergirme en tu mar de inspiración
mi soledad esboza sus poemas.

2º Premio Certamen Literario Nacional de Cuento y Poesía 2007 SALAC Filial Jesús María/Colonia Caroya.





VIGÉSIMO
¨Bienes y males, vida y muerte,
pobreza y riqueza vienen del Señor¨
Eclesiástico 11.14
Seguí tu sombra inconclusa hasta la frontera del eclipse
rastreé por los caminos tus puntos suspensivos
no sé que indicios solares entramaron mi alma
pero fui tras tus auroras de nácar y de vidrio.

Caminé desde la meseta a la cumbre del silencio
hice pie sobre la espalda del abismo redimido
siempreverdes advertían cenizas de nostalgias
me sentenció la lluvia a ser tu peregrino.

Y sobreviví a todo
a la ausencia de tus besos
a la abstinencia cruel de tu piel en rocío
al síndrome inconcluso de amor vertiginoso
al deseo mutilado domingo tras domingo.

Nada hace que deje de extrañarte
desistió el olvido lanzarse hacia el vacío
reminiscencias cuelgan despeñadas quimeras
mientras ruego por ti mirando el precipicio.

Mención Especial 1º Certamen Literario Nacional 2007 SALAC Filial Vila General Belgrano

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Opinión sobre Equinoccio XXV

...Nuevamente Darío me obsequia y me sorprende con su nueva entrega: EQUINOCCIO XXV
¨Espero, dice el autor, que este poemario te capture el corazón, el alma, los sentidos, la esencia¨(pág. 11); yo agregaría y el asombro.
Después de Tan Sólo Sentimiento y Nada Como El Amor que tuve el placer de leer, EQUINOCCIO es una travesía de misterios, sentimientos, alegorías, renovación; donde su palabra, alcanza metáforas de inéditos resplandores. Lo más profundo de la expresión amorosa, está cuando lo invade la metafísica del Ser.
El amor pareja adquiere la personalidad de VIDA terrestre y divinidad, alcanzando así una dimensión universal.
Misterio, dolor, entrega, erotismo sublimado en el enigma del arcano. Luces y sombras del amor carnal. Pasión desgarrada, a la vez íntima ternura y dulzura con profunda sensibilidad, descubren lo poético una de las artes más antiguas donde reflejan el caudal de sentimientos que lo embargan.
Darío avanza palabra en mano, alma en pleno vuelo, liberado, sin ataduras, sin trabas. Su mente como una factoría donde se forjan sueños y quimeras y en esa fragua al rojo vivo, se suceden los versos librando batallas líricas.
¨Kierkegaard, afirmaba: La grandeza de la vida no consiste en ser esto o aquello, sino ser uno mismo¨ y Darío es El mismo, en su decir, como en este poema:

CUARTO
¨Como el lirio entre los cardos es mi amada entre las doncellas¨
Cantares 2.2
Soñé ser
huésped de tu boca
torbellino en tus laderas
inhóspito suspiro
clavel de hierba.

Limítrofe custodio
helecho de tus huellas
materia imantada por tus ojos
delirante atrapado en tus fronteras.

Pero soy desague de lamentos
sepultado nogal
isla desierta
poeta que se muere entre sus versos
centinela de un amor que nunca llega.

Leer libros de Darío Leiva, es penetrar en un universo de fervores y desgarramiento, expresado en armónica conjugación de pasión y lirismo, de intuición y concepto. Para este autor, la poesía es una cuerda mágica que une al hombre con Dios, con el universo todo.
Clemen Herrador Gaetán
Córdoba 07/09/09

1 comentario:

RosaLia y Sergio dijo...

Hermoso poema,"caminado desde las mesetas a la cumbre del silencio" y no hace falta agregar más.
Rosa Lía